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French » Spanish - 7 finalists


MITJAVILLE, Jean et NAUDO, Gérard. « Pétanque Passion ». VI – Les petits secrets… quelques tuyaux & combines un peu rosses… 328 words
- Il est des révélations ou commentaires qu’il ne faut jamais faire, paraît-il ?
- Oui, évitez des commentaires mettant en lumière vos faiblesses passagères ou permanentes. Du genre :
    Ce n’est pas à ma main !
    Là j’en mettrai pas une !
    Il est impossible d’y aller !
    Je l’ai juste lâchée. Qu’est ce que ça roule !
    Ne « m’envoie pas si loin ». Je n’y arrive plus !
    Ne « passez jamais » à ce genre d’aveux. Dites-vous bien qu’une partie se joue en 13 (ou en 11)  points, et que, avec un peu de chance, vos défauts resteront inaperçus…
    - Quelle est la question qu’il ne faut jamais poser ?
    - C’est paradoxalement la question que l’on entend le plus fréquemment au cours d’une partie… « Combien, de boules vous reste-t-il ? » Elle est, à mon avis, de celles qui déclassent un joueur et dévaluent une équipe. Car, à tout moment, il faut savoir non seulement le nombre de boules de l’adversaire, mais encore et surtout dans quelles mains elles sont. De la réponse à cette question dépend très souvent la tactique à adopter. Sachant qu’il vaut mieux faire tirer un pointeur et pointer un tireur…

    Au sujet de cette fameuse question à ne pas poser, je me souviens d’une anecdote qui date de quelques années… Au cours d’une partie de début de concours, un des joueurs de la formation qui nous était opposée se tourna vers mon frère Jean et lui demanda : « Vous avez combien de boules ? ». Jean lui répondit sans sourciller : « Deux ! »… Après un moment d’hésitation, celui qui avait posé « la question qui ne se pose pas » de revenir à la charge : « Comment deux, il ne vous en reste qu’une… »

   Et Jean de répondre sur le ton de la galéjade : « Oui, une ! Mais dans les mains de mon frère, elle en vaut… deux ! »







Entry #1 - Points: 8 - WINNER!
Lidia Morejudo
Lidia Morejudo
United Kingdom
- Parece que hay comentarios o revelaciones que no se deberían hacer nunca.
- Sí, evite los comentarios que pongan de manifiesto sus debilidades, pasajeras o permanentes. Del tipo:

¡No me es posible!
¡ Ahí, sí que no voy a poder meterla!
¡Es imposible de llegar ahí!
La acabo de soltar, y mira ¡Cómo rueda!
No me mandes tan lejos ¡Ya no puedo llegar!
Nunca os dejéis llevar por este tipo de confesiones. Pensad simplemente que una partida se juega a trece u once puntos, y que, con un poquito de suerte, vuestros defectos pasarán desapercibidos.
- ¿Qué pregunta no hay que hacer jamás?
- Paradójicamente se trata de la pregunta que se oye más a menudo durante el curso de una partida. "¿Cuántas bolas le quedan?" En mi opinión, es una de esas que degradan a un jugador y devalúan al equipo. Ya que, en todo momento, hay que saber no sólo el número de bolas del adversario, sino también y aún más importante es saber en que manos se encuentran. La táctica a adoptar depende en muchas ocasiones de la respuesta a esta pregunta. Sabiendo que siempre es mejor alejar a un apuntador y apuntarse frente a un tirador.

A propósito de esta famosa pregunta que no hay que hacer, me he acordado de una anécdota de hace algunos años. Durante una de las primeras partidas de una competición, uno de los jugadores del équipo contrario se volvió hacia mi hermano, Jean, y le preguntó: "¿Cuántas bolas tenéis?" Jean le respondió sin pestañear, "¡dos !" - Tras una breve pausa, el que le había preguntado "la pregunta prohibida" volvió a la carga: "Pero ¡Cómo que dos! Si no os queda más que una..."

Y Jean le respondió con un tono de sorna: "Sí, una. Pero en las manos de mi hermano ¡Es como si fueran dos !



Entry #2 - Points: 6
Ilie (X)
Ilie (X)
- Parece que ser que existen confesiones o comentarios que no se deben hacer nunca, ¿no es así?
- Sí, evite los comentarios que revelen sus debilidades pasajeras o permanentes. Del tipo:
  ¡No está a mi alcance!
  ¡Ahí no colocaré ni una!
  ¡Es imposible llegar!
  Sólo la dejé ir. ¡Cómo corre!
  No « me envíes tan lejos ». ¡Ya no llego!
  No « pase nunca » a este tipo de confesiones. Piense que una partida se juega a 13 (u 11) puntos y que, con un poco de suerte, sus defectos pasarán desapercibidos…
  - ¿Cuál es la pregunta que no hay que hacer nunca?
  - Paradójicamente, es la pregunta que se oye con mayor frecuencia en el transcurso de una partida: « ¿Cuántas bolas le quedan? ». En mi opinión, es de esas preguntas que menoscaban la valía de un jugador y devalúan un equipo. Puesto que hay que saber, en todo momento, no sólo el número de bolas del adversario, sino también, y sobretodo, en qué manos se encuentran. De la respuesta a esta pregunta depende muy a menudo la táctica a adoptar. Sabiendo que más vale hacer tirar a un arrimador y arrimar a un tirador…

Respecto a esta famosa pregunta que no debe hacerse nunca, recuerdo una anécdota que ocurrió hace algunos años. En el transcurso de una partida, al comienzo de un torneo, uno de los jugadores de la formación a la que nos enfrentábamos se giró hacia mi hermano Jean y le preguntó: « ¿Cuántas bolas tiene? ». Jean le respondió sin pestañear: « ¡Dos! ». Tras dudar unos instantes, el que había hecho « la pregunta que nunca se debe hacer » volvió a la carga: « ¿Cómo que dos? Si sólo le queda una… »

  Y Jean respondió, en tono burlón: « ¡Sí, una! Pero en manos de mi hermano… ¡vale por dos!»



Entry #3 - Points: 6
- Dicen que hay revelaciones o comentarios que no se deben decir nunca.
- Sí, evite comentarios poniendo a la luz sus propias debilidades pasajeras o permanentes. Como:
¡No está a mi alcance!
¡Ahí, no daría ni una!
¡Es imposible meterse ahí!
Tan sólo la he soltado. ¡Lo que rueda esto!
No « me envíes tan lejos ». ¡Ya no lo consigo!
Nunca pase a hacer este tipo de confesiones. Recuerde que una partida se juega a 13 (o a 11) puntos, y que, con un poco de suerte, sus defectos pasarán desapercibidos...- ¿Cuál es la pregunta que nunca se debe hacer?
- Paradójicamente, es la pregunta que se oye más a menudo durante una partida… «¿Cuántas bolas le quedan a usted? Ésta es, a mi parecer, una de las que desclasifican a un jugador y desvalorizan a un equipo. Ya que, en todo momento, uno tiene que saber no sólo el número de bolas del adversario, sino también y sobre todo, en qué manos están. De la respuesta a esta pregunta depende muy a menudo la táctica a adoptar. Sabiendo que es mejor hacer tirar a un colocador y colocar a un tirador…

A propósito de esta famosa pregunta que no se debe hacer, recuerdo una anécdota que ocurrió hace unos años… Durante una partida de principio de concurso, uno de los jugadores del equipo que nos estaba opuesto se giró hacia mi hermano Jean y le preguntó: «¿Cuántas bolas tienen?». Jean le contestó sin pestañear «¡Dos!» … Tras un momento de duda, el que había hecho «la pregunta que no se hace» volvió a la carga: «¿Cómo que dos, sólo le queda una…?»

Y Jean le contestó en tono de broma: «¡Sí, una! Pero en manos de mi hermano, ¡vale por dos!»



Entry #4 - Points: 4
― Por lo visto hay revelaciones o comentarios que nunca se deben hacer.
― Sí, evita comentarios que revelen tus debilidades momentáneas o permanentes. Del tipo:
  ¡No está en mi mano!
  ¡No doy una!
  ¡No hay manera!
  Sólo la he acompañado y ¡mira como rueda!
  Nada de «no me mandes tan lejos». ¡Ahí no llego!
  «Nunca» reconozcas este tipo de cosas. Recuerda que una partida se juega a 13 (o a 11) puntos y que, con un poco de suerte, nadie se dará cuenta de tus defectos...
―¿Qué pregunta no hay que hacer nunca?
―Paradójicamente es la pregunta que se escucha con más frecuencia durante una partida... «¿Cuántas bolas te quedan?» En mi opinión, es el tipo de pregunta que desprestigia a un jugador y que debilita a un equipo, porque hay que saber, en todo momento, no sólo el número de bolas del adversario, sino también, y sobre todo, en manos de quién están. De la respuesta a esta pregunta depende con frecuencia la táctica que se adopta. Se parte de la premisa de que lo mejor es hacer tirar con fuerza al jugador táctico y tirar con habilidad al jugador fuerte.

  Ya que hablamos de la famosa pregunta que nunca hay que hacer, recuerdo una anécdota que ocurrió hace unos años... Durante una partida al comienzo del torneo, uno de los jugadores del equipo contra el que jugábamos se volvió hacia mi hermano Jean y le preguntó: «¿Cuántas bolas tienes?» Jean le respondió sin parpadear: «¡Dos!» Tras dudar un momento, el que había hecho «la pregunta que nunca se hace» volvió a la carga: «Cómo que dos, sólo te queda una...»

  Y Jean contestó con tono socarrón: «¡Sí, una! Pero en manos de mi hermano vale por... ¡dos!»



Entry #5 - Points: 2
-Parece que hay revelaciones o comentarios que jamás hay que hacer.
-Si, eviten los comentarios que ponen en evidencia las debilidades pasajeras o permanentes. Tales como:
¡No está a mi alcance!
¡Aquí, no metería ni una!
¡Es imposible de alcanzar!
¡Apenas la solté. Cómo rueda!
No «me empujes tan lejos ». Desde ahí no llego!

No «pasen jamás » a ese tipo de confesiones. Hay que decirse que un partido se juega a 13 (o a 11) puntos, y que con un poco de suerte, los defectos pasarán desapercibidos…
¿Cuál es la pregunta que jamás hay que hacer?
-Paradójicamente, es la pregunta que más frecuentemente se escucha en el curso de una partida… « ¿Cuantas bolas le quedan? » Según mi criterio, es de la clase de preguntas que descalifican a un jugador y que desvalorizan a un equipo. Porque en todo momento, hay que saber no sólo la cantidad de bolas del adversario, sino también, y sobre todo, en qué manos se encuentran. De la respuesta a esta pregunta, depende muy a menudo, la táctica que se va a adoptar. Sabiendo que es mejor hacer lanzar a un apuntador y apuntar a un lanzador…

A propósito de esta pregunta que nunca debe plantearse, me acuerdo de una anécdota que data de hace algunos años… Durante el curso de una partida de comienzo de campeonato, uno de los jugadores del equipo que se nos enfrentaba se volvió hacia mi hermano Juan y le preguntó: «¿Cuantas bolas tiene Usted? ». Juan le respondió sin pestañear: «¡Dos! »… Después de un momento de hesitación, el que había planteado «la pregunta que no se debe hacer » volvió a la carga: «Cómo que dos, no le queda sino una…”

Y Juan respondiendo en tono de burla: « ¡Si, una! Pero en manos de mi hermano, vale… por dos! »



Entry #6 - Points: 1
- Parece que hay revelaciones o comentarios que nunca hay que hacer…
- Si, evite comentarios que revelen sus debilidades pasajeras o permanentes, del tipo:
¡ No está a mi alcance!
¡Aquí no meto una!
¡Imposible ir!
Pero si sólo la solté. ¡Cómo rueda!
No me mandes tan lejos. ¡No llego nunca!
Nunca realice confesiones de este tipo. Dígase que un partido se juega a 13 (o a 11) puntos y que, con un poco de suerte, sus defectos pasarán desapercibidos.
-  ¿Cuál es la pregunta que nunca hay que hacer?
- Paradojalmente, es la que se escucha más frecuentemente durante un partido…”¿Cuántas bolas les quedan?” Es una de esas preguntas que, en mi opinión, descalifican a un jugador y desvalorizan a un equipo. Porque no sólo hay que saber, en todo momento, cuántas bolas tiene el adversario, sino también en manos de quién están. Muy a menudo, la táctica a adoptar depende de la respuesta a esta pregunta. Sabiendo que lo mejor es hacerle tirar a un arrimador y hacerle arrimar a un tirador…

A propósito de esta famosa pregunta que no que hay hacer, recuerdo una anécdota que data de hace algunos años …Durante un partido, al principio del concurso, uno de los jugadores de la formación oponente se dirigió hacia mi hermano Jean y le preguntó: “¿Cuántas bolas tienen ustedes?”. Jean le respondió sin pestañear: “¡Dos!”…Después de dudar un momento, el que había hecho “la pregunta que no se hace” volvió a la carga:”Cómo dos, si les queda solo una…”

Y Jean que responde, en tono de broma:”Sí, una. ¡Pero en las manos de mi hermano, vale dos!”



Entry #7 - Points: 0
-¿Hay revelaciones o comentarios que nunca se deben de hacer, según parece?
- Sí. Trate Ud de evitar comentarios que revelen sus debilidades, sean pasajeras o permanentes. Como por ejemplo:
¡No está a mi mano!
¡Ahí no podré poner ni una!
¡Es imposible de lograr!
Apenas si la solté. ¡Rodó demasiado!
¡No me “mandes” tan lejos! ¡No puedo más!

No llegue nunca a este tipo de confesiones. Recuerde que un partido se lleva en 13 (o en 11) puntos y que, con algo de suerte, sus defectos pasarán desapercibidos...
- ¿Cuál es la pregunta que nunca se debe de hacer?
- Paradójicamente, es la pregunta que se oye con más frecuencia durante un partido... “¿Cuántas bolas le quedan?. A mi parecer, son de esas preguntas que descalifican a un jugador y devalúan a un equipo. Ya que, en cualquier momento hay que conocer no solamente el número de bolas del adversario, sino también y sobre todo en qué manos están. De la respuesta a esta pregunta depende la táctica que adoptar. Y sepa que es mejor que tire un empujador y que empuje un tirador...

A propósito de esta pregunta que no se debe de hacer, recuerdo una anécdota que pasó hace unos años ya... Durante un partido al principio de un torneo, uno de los jugadores del equipo opuesto volteó hacia mi hermano Juan y le preguntó: "¿Cuántas bolas tiene Ud.?". Juan, sin pestañear, le contestó: “¡Dos!”... Después de un momento indeciso, el que había pronunciado "la pregunta que no se debe de hacer" volvió al asunto: "¿Cómo que dos, si solo tiene una..?”.

Y Juan le contestó en tono de broma: “¡Sí, una! Pero en manos de mi hermano, equivale a... ¡dos!”.



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